UN NUEVO CORAZÓN
PALABRA DE VIDA
Las sagradas escrituras nos enseñan que "Dios ve no como el hombre ve, pues el hombre mira la apariencia exterior, pero el Señor mira el corazón" (1 Samuel 16:7).
El corazón es el centro de la vida de una persona. Es en el corazón que se encuentra tanto el éxito como el fracaso de una persona. Si en el corazón de una persona hay fe, humildad y obediencia, ella vivirá una vida de grandes victorias y bendiciones.
Sin embargo cuando el corazón de la persona está lleno de dudas, orgullo y rebeldía, esto traerá consecuencias muy graves para su vida y para aquellos que están a su alrededor.
Es por esta razón que el rey Salomón, con la sabiduría de Dios afirmó: "Con toda diligencia guarda tu corazón, porque de él brotan los manantiales de la vida".
(Proverbios 4:23)
Muchas son las personas que participan de la reuniones de la iglesia en la búsqueda de una nueva vida, sin embargo insisten en permanecer con el mismo corazón, continúan dominadas por el egoísmo, orgullo, rebeldía, dudas, avaricia, malicia....
¡así nada cambiará! El cambio en la vida de una persona depende primero de un cambio en su corazón porque es ahí que se encuentra la raíz de los problemas. Si cortamos una planta, pasado algún tiempo volverá a crecer, pero si cortamos la raíz ella desaparecerá para siempre.
"Entonces os rociaré con agua limpia y quedareis limpios; Ademas, os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros; quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne ." (Ezequiel 36:25 - 26)
Dios no puede obrar en la vida de una persona que mantiene un corazón de piedra, ya que es insensible a la voz del Espíritu Santo y continúa presa a las cosas de este mundo y a la opinión de los demás. Un corazón así esta destinado al fracaso. Es por eso que el tiempo pasa y la persona continua con los mismos problemas, con la misma situación, la vida no cambia porque el corazón tampoco ha cambiado.
Cuando la persona entrega toda su vida para Dios, el Espíritu Santo la purifica con su Agua Limpia y le da un nuevo corazón. A partir de este momento todo cambia y con este cambio surgen las conquistas y la vida abundante que el Señor Jesús prometió.
No hay nada ni nadie que nos pueda destruir, ni destruir, ni adversarios, ¡NADA! Porque Si Dios está por nosotros, ¿Quien estará contra nosotros?".
(Romanos 8:31)
Que Dios les bendiga,
Obispo Marcello Jr.